Seguro que en algún momento de tu vida has escuchado y/o has utilizado la frase “Estar en la Gloria”. Pero, ¿sabes de dónde viene esta expresión? Sus orígenes se remontan a la Edad Media, y a la vez está relacionada con el suelo radiante, sistema de climatización actual. Sigue leyendo y descubre la curiosa relación entre esta famosa frase, la edad media y el tiempo de los romanos.

El sistema de calefacción del siglo I a.C. «hipocausto»

El Hipocausto era el nombre que recibía el sistema de calefacción inventado y/o perfeccionado por los romanos. El diseño de este sistema se atribuye al ingeniero romano Cayo Sergio Orata en el siglo I a.C.

El término Hipocausto proviene de la unión de dos palabras “hipo” que significa “por debajo de” y “causto” que se traduce como “quemado”.

Como funciona un hipocausto

¿En qué consiste el funcionamiento básico del Hipocausto?

El funcionamiento básico del Hipocausto consistía en calentar el suelo de la vivienda mediante aire caliente. Este aire caliente se generaba gracias a un horno instalado en el exterior de la vivienda en el que se quemaba leña como combustible. A través de una cámara de aire, una estructura sostenida por pilares de ladrillo de 40 a 60cm de alto, se canalizaba y circulaba el aire caliente, calentando de esta manera el suelo de la vivienda e incluso paredes a través de ladrillos huecos que llegaban hasta el techo e irradiaban calor.

Para todo este sistema de calefacción se empleaban elementos muy simples, tales como barro, madera y ladrillos.

Después de conocer el funcionamiento de este sistema de calefacción y/o manera de calentarse de los romanos, se puede afirmar que el “Hipocausto” es el predecesor del sistema de calefacción actual conocido como “suelo radiante” o “calefacción invisible”.

«Estar en la gloria»

Durante la Edad Media, en amplias zonas de Castilla, existía un sistema de calefacción muy similar al hipocausto. Esta calefacción era conocida con el nombre de Gloria y consistía en un hogar situado, generalmente, en el exterior (un patio) o en la cocina donde se quemaba el combustible. Este sistema se completaba con unos conductos situados bajo el solado de los locales a calentar por los que circulaban los humos calientes provenientes de la combustión que luego salían al exterior por un humero, o cañón de chimenea vertical.

La combustión de la gloria era regulable en función a la cantidad de humo transferido, lo cual permitía regular la temperatura de transferencia dentro la casa.

Los materiales de combustión procedían del desecho de las tareas del campo. Al tratarse de una combustión lenta, resultaban más adecuados los materiales pequeños como ramas, paja u otros similares.

El calor proveniente del suelo generaba una temperatura ideal en las épocas más frías y ofrecía bienestar a los habitantes del hogar. De aquí la expresión “Estar en la Gloria”.

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